jueves, 10 de diciembre de 2009

ZACACUAUTLA-COPENHAGUE-ZONGOLICA


La reunión de 192 gobiernos del mundo convocada por la ONU en Copenhague atiende a los grandes consorcios en defensa de su derecho a contaminar. Obama El Débil tendrá que enfrentar el repudio de los empresarios al reconocimiento hecho por su encargada de los efectos malignos del bióxido de carbono y otras porquerías incorporadas al aire ambiental por los escapes, chimeneas y desagües de quienes envenenan tierra, aire y agua cotidianamente. Lo han hecho y lo seguirán haciendo pero son respetuosos de las leyes y normas y no toleran ser descalificados por la obviedad de sus procesos productivos malignos. Han fijado cuotas de contaminación y culpan a China de la devastación planetaria.
No hay comunicación entre Copenhague y Zacacuautla ni hay manera de construirla mientras la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente esté en manos de uno de los gobernadores más corruptos que hayan existido y vaya que está dura la competencia. Patricio Patrón Laviada devastó Yucatán, contribuyó a la destrucción de playas y manglares de Quintana Roo y propició toda clase de construcciones y negocios sucios. Ahora forma parte de los responsables de la destrucción de la tierra, el aire y las fuentes de agua en beneficio de los grandes consorcios y sus socios locales. Ni siquiera sabe de la tala criminal del bosque de Zacacuautla en la frontera serrana de Hidalgo y Puebla gracias a la protección oficial de los falsos propietarios Canales por todas las autoridades: las ambientales, el gobierno del Estado de Hidalgo, el municipio de Acaxochitlán. Valido de la banda criminal de Los Negros, el cacique Pedro Canales ha destruido además, las marcas de los estudiantes y profesores de arquitectura de la UNAM organizadores de un proyecto productivo en el terreno de la comunidad. No saben en Copenhague de los trece procesos contra los Delegados electos en asamblea y sin sueldo, para mantenerlos amenazados e impedir su informe al pueblo en la asamblea del 25 de diciembre al salir de misa para reunirse en el auditorio junto a la sede delegacional a la que con mil esfuerzos se ha agregado un piso para albergar el centro de computo prometido por SEDESOL. Una cadena de mandos corruptos descubre asombrada la respuesta del pueblo organizado y encabezado por autoridades honoríficas y valientes. Esa cadena de mandos reproduce a la de los grandes empresarios apoyados por el gobierno planetario concretado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los bloques productivos como la Unión Europea y la Cuenca del Pacífico. A la cola de Estados Unidos, el gobierno de México simulará indignación y propondrá compromisos a sabiendas de que hay cientos de Zacacuautlas en proceso de destrucción de bosques y manantiales con sus defensores encarcelados, muertos y amenazados.
Un breve reporte televisual informó de la tala criminal de la Sierra de Zongolica en Veracruz. El valiente defensor del bosque informa de la presencia constante de matones para impedir que el pueblo se organice en defensa del ambiente. Hay asesinatos, como el del niño triqui victimado en San Juan Copala por el fuego de las organizaciones que atacaron por sorpresa el lugar del municipio autónomo que la prensa mentirosa de Oaxaca declara inexistente. Tampoco hay comunicación entre Copenhague y San Juan Copala donde la riqueza minera invita a las empresas yanquis y canadienses a la explotación en el sentido peyorativo.
La situación agónica del planeta no se resuelve con encuentros de altos funcionarios de Estado comprometidos con los destructores concientes del ambiente. Todos los presentes en Copenhague saben que sus declaraciones y compromisos serán tan incumplidos como el Protocolo de Tokio de hace cinco años. A Zacacuautla, Zongolica y San Juan Copala, a Venustiano Carranza en Chiapas donde mil hectáreas han sido concesionadas a mineras canadienses, a Montes Azules de Chiapas donde la explotación turística trasnacional expulsa campesinos y beneficia caciques, al Cerro de San Pedro donde la Minera San Xavier canadiense ha destruido el monte, la tierra y el pueblo pese a ser declarada ilegal, a las playas privatizadas de Quintana Roo rellenadas con miles de toneladas de arena de Cozumel e Isla Mujeres en perjuicio de los bancos de coral, los manglares y las especies arrasadas, a Baja California devastada por los saqueadores de sal y arena y por los miles de conjuntos residenciales, no llegan las fiestas de Copenhague. La organización de Cancún que trató de impedir el saqueo de la arena para recibir como respuesta la exigencia de una fianza millonaria, sufre tanto la farsa de los falsos ambientalistas gubernamentales para integrarse a los defensores de bosques, selvas, fuentes acuáticas, volcanes apagados y activos, manantiales, desiertos y estepas irremediablemente sentenciados a muerte por quienes han reducido al mundo a un gran bazar donde sólo cuenta la relación costo-beneficio. El beneficio de unos cuantos poderosos, la desgracia para muchos, para todos los habitantes del planeta porque a pesar de todo, entre Copenhague, Zacacuautla y Zongolica si hay relación.

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